Voy
a empezar esta crónica de carrera con una
clara afirmación
NO LA TENIA QUE HABER CORRIDO.
No es de persona racional,
meterse en este maratón alpino, tan durísimo, como Jarapalos, con sólo 20 días de descanso desde la Ultra
Trail del Valle del Genal. Los 117 km del valle del genal, aún tienen mi cuerpo
en reserva, con articulaciones y
tendones en proceso de recuperación.
Pero esto es así, cuando en la
cabeza tienes un conflicto, entre la
racionalidad de “no hay que correrla” y
el insensatez del “y por qué no?”, el desempate lo da el corazón. Y el corazón
dice que tenía muchas ganas de hacer esta mítica carrera, y más, sabiendo que
habían diseñado un nuevo circuito. Así que como en cualquier democracia, dos a
uno. Y me lio la manta a la cabeza.
Ya en el tema de preparación de
la carrera, voy poniendo mi sentimiento en mi mochila. Voy a llevar mochila,
que el tiempo encima parece que no iba a acompañar, quiero la mochila para
llevar abrigo y manta térmica por si tengo que abandonar y esperar a que me
saquen del recorrido. Este es mi
sentimiento. Y es con lo que cargo la mochila. También me va a venir bien
llevarla para no parar en los avituallamientos y no enfriarme, que tengo
presente las tiritonas de Benadalid y Gaucin hacia no más de 20 días.
Por fin, corralito de Salida,.. “
Jolinesss que frio” , se anuncia que no es obligatorio cortavientos, pufff hay
que tener ….. para no estar abrigado hasta las orejas. Que caras de ilusión,
que caras de pasarlo bien, y yo…. ACONGOJADO. Esos momentos de la salida, los
pelos los tengo de punta, será el frio. Va ser que no,… que es la congoja.